16 Jun
16Jun

Los problemas oftalmológicos en nuestras mascotas representan un porcentaje bajo de la medicina veterinaria general. Detectados a tiempo y con un buen manejo, se logran resultados exitosos en la mayoría de los casos.

¿Cómo sé si mi mascota tiene problemas

 en sus ojos?  Se pueden presentar varios signos tales como aumento en la cantidad de lágrimas, el animal parpadea más seguido, y cierra parcial o completamente los párpados; la parte blanca del ojo (esclera) está roja, el ojo se ve azulado, más grande o más pequeño y hay secreciones amarillentas-verduzcas. A veces todos o la mayoría de estos signos están presentes pero en ocasiones solo uno o dos de ellos. Si se detecta alguna de estas irregularidades en el ojo lo más recomendable es acudir al médico veterinario para una revisión. La valoración que se haga de la mascota dependerá de la severidad de los síntomas.

En los casos en que el ojo está rojo es importante descartar la existencia de una úlcera corneal. Para esto hay una prueba de fluoresceína que tiñe de verde la úlcera. El ojo rojo y una secreción amarillenta- verduzca pueden ser originadas por un problema de ojo seco, por ejemplo. Hay una prueba específica que permite determinar si se padece de este problema y consiste en medir la producción de lágrimas en un minuto (lo normal es que sea igual o mayor a 15 mm/min).

Normalmente con tratamiento tópico los síntomas empiezan a desaparecer, pero si no se utiliza el medicamento o producto adecuado el problema regresa. Además del ojo seco hay otros problemas que presentan los mismos síntomas y en ocasiones una revisión oftalmológica completa es lo más indicado. 

¿La raza es importante?

La especie y raza de la mascota son relevantes para algunos problemas oftalmológicos. Aunque la  mayoría de enfermedades pueden afectar a cualquier paciente, hay razas con mayor predisposición que otras. Los gatos por ejemplo son más propensos a sufrir problemas en los ojos

por virus. Una úlcera corneal, común en muchas especies, puede ser más difícil de curar en los perros de raza bóxer. El prolapso de la glándula del tercer párpado (u ojo de cereza) muchas veces se corrige con cirugía, pero la raza bulldog en particular necesita con frecuencia dos o tres cirugías para solucionar el prolapso. Lo más importante es nunca cortar la glándula porque al hacerlo el riesgo a padecer de ojo seco es mayor y ya de por sí esta raza tiene predisposición. La edad también juega un papel determinante en algunos problemas de ojo. Es más frecuente que los perros mayores de 7 años presenten masas en los párpados las cuales a veces necesitan ser removidas. Por la edad avanzada el animal sufre cambios dentro del ojo (que no perjudican la visión del animal, ni causan molestias) pero que a simple vista se pueden confundir con cataratas, por ejemplo, lo cual hace necesario un examen oftalmológico para diferenciar. 

Tratamientos

La mayoría de problemas oftálmicos deben llevar como parte del tratamiento medicamentos de uso tópico, aplicado directamente en los ojos. La duración del mismo depende de la severidad y tipo de problema.

Las úlceras corneales, que son bastante frecuentes, requieren un mínimo de dos semanas de tratamiento. Normalmente con uno o dos productos tópicos el problema se resuelve, pero en ocasiones se necesitan hasta cinco productos (entre tópicos y orales) por un periodo de hasta dos meses. Los pacientes que padecen de ojo seco y glaucoma necesitan tratamiento de por vida en la mayoría de los casos; requieren asimismo de revisiones periódicas para medir la producción de lágrimas   (ojo seco) y la presión intraocular (glaucoma), además de valorar los efectos secundarios que se pueden presentar y hacer los ajustes pertinentes en el tratamiento. Cuando dos o más medicamentos tópicos coinciden lo que se debe hacer es esperar mínimo cinco minutos entre cada producto, aplicando primero los que son en gotas y por último los ungüentos.

 Aunque los problemas en los ojos de nuestras mascotas no son tan comunes como los de piel por ejemplo, es muy importante tener un diagnóstico certero para establecer el tratamiento adecuado y minimizar en la medida de lo posible el tiempo de recuperación del paciente. Si   usted observa cambios en el ojo de su mascota no dude en acudir a su veterinario de confianza. Tenga presente que hay profesionales especializados en el área de oftalmología y solicitar a su médico un trabajo en conjunto con alguno de estos especialistas puede ayudar a lograr resultados más exitosos. Cuando se trata de los ojos el tiempo es oro: en algunas ocasiones actuar en menos de 24 o 48 horas es de suma importancia si se desean evitar daños permanentes y preservar la visión del animal.

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